El papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) es un avecilla con gran habilidad para la caza de insectos y puede cogerlos del dorso de las hojas manteniéndose inmóvil por fracciones de segundo en el aire, batiendo rapidísimamente las alas.
Cuando vuelan en persecución de los insectos no vuelven al mismo posadero como hacen los papamoscas grises Muscicapa striata. Su alimentación está basada exclusivamente en materia animal, si bien se citan con frecuencia papamoscas comiendo bayas y frutos silvestres.
Así es en efecto durante la migración. Los que se capturan para anillamiento frecuentan las higueras y muchos arbustos con fruto de color negro como demuestran sus excrementos. Especialmente es atractivo para ellos el fruto del Saúco Sambucus nigra, aunque no tanto como lo es para las currucas Sylvia spp.
Los papamoscas cerrojillos europeos invernan en el Africa Tropical desde el Senegal al Oeste hasta el Sudán al Este y Tanzania al Sudeste.
Los primeros papamoscas cerrojillos que llegan a Iberia no lo hacen normalmente a finales de marzo y principios de abril.
La mayoría de ellos pasan muy al Este y la zona mediterránea registra el mayor contingente. En el Cantábrico su paso es regular, pero muy escaso y de pájaros sueltos que suelen verse por plantaciones de frutales, manzanales especialmente.
Esta especie está entre las más fieles a su lugar de nacimiento y aunque no en el mismo nido donde nacieron, sí ocupan otro muy próximo. Cada pareja vuelve invariablemente al mismo nido y si uno de ellos ha perecido durante el invierno, el superviviente se empareja con un papamoscas joven del año anterior y ambos ocupan el nido antiguo.
Por su dieta es por tanto un gran aliado en nuestro vergel, contribuyendo a mantener el equilibrio en el número de insectos y otros artrópodos, de modo que no se conviertan en plaga. Le hemos observado cazando numerosas polillas (mariposas nocturnas, muchas de cuyas larvas se alimentan de frutos y hojas de frutales y hortalizas) con gran eficacia.
Antes de invernar, son muy visibles junto con los papamoscas grises desde agosto hasta principios de octubre, revoloteando entre nuestros frutales cazando sin parar.
Septiembre 2015. Observamos a ejemplares de papamoscas cerrojillo alimentándose también de los frutos del cornejo (Cornus sanguinea), tal y como se aprecia en la fotografía.
El papamoscas cerrojillo ha sido una sorpresa para nosotros ya que pensábamos que se trataba de un ave insectívora estricta. Pero no. Le hemos descubierto alimentándose de los frutos del cornejo. Los ingiere enteros y tras digerir la parte carnosa, expulsa por el pico la semilla. La expulsión de la semilla la hemos documentado con varias fotografías y hemos comprobado de que se trata de la semilla de Cornus sanguínea gracias a la observación del proceso cuando lo realizaba un colirrojo tizón, que al expulsarla, cayó sobre el terrazo de nuestro balcón.